En el seno del club también las mujeres se empezaron a interesarse por este deporte, y en la práctica de aquella curiosa adaptación, por lo que además del primer equipo femenino también se contó con un equipo filial que disputaba el Campeonato de Castilla. La rudimentaria y poca tecnificada práctica en España, hace que el baloncesto se diferenciase del masculino en algunos aspectos, a destacar, que se jugase con una jugadora más, es decir, con seis (dos delanteros, dos centros y dos defensas).